Investigadores japoneses presentan un nuevo transistor que podría hacer práctico el hardware neuromórfico para la informática de IA.

El campo de la computación neuromórfica está desarrollando sistemas que imitan la arquitectura y la potencia de cálculo del cerebro humano. Uno de los elementos son los llamados «reservorios», que emulan las redes neuronales y se espera que algún día satisfagan la enorme demanda de mayor potencia y velocidad de cálculo en la investigación y el desarrollo de la IA.

La idea de los reservorios en la computación neuromórfica procede del concepto de computación de reservorio. Se trata de una red neuronal recurrente (RNN) en la que la capa recurrente (el «depósito») se genera aleatoriamente y no se entrena. En su lugar, sólo se actualizan los pesos de salida a través del aprendizaje, lo que simplifica el proceso de entrenamiento y lo hace más eficiente.

En la computación neuromórfica, estos reservorios pueden implementarse en diferentes sustratos, como circuitos electrónicos analógicos, sistemas optoelectrónicos o sistemas mecánicos. En este contexto, se utiliza el término «computación de reservorio físico».

Estos reservorios se comportan como redes neuronales que cambian con el tiempo en función de la interacción y el procesamiento de los datos de entrada, por lo que son capaces de transformar los datos en representaciones de alta dimensión adecuadas para tareas complejas como el reconocimiento de objetos. En la práctica, sin embargo, estos sistemas requieren un gran número de estados de reserva, algo difícil de conseguir con el hardware actual.

Un nuevo transistor duplica los estados de reserva

Para superar los problemas de compatibilidad, rendimiento e integración de estos sistemas de memoria, investigadores japoneses han desarrollado un nuevo transistor. Según el equipo, este desarrollo abre nuevas posibilidades para la computación neuromórfica de alto rendimiento.

El nuevo transistor del equipo, denominado transistor de reserva activado por iones, puede generar un número récord de estados de reserva. Según el equipo, el transistor utiliza un electrolito a través del cual los iones de litio se mueven rápidamente, creando dos flujos de corriente de salida y duplicando el número de estados de reserva.

Um reservatório de portão iônico baseado em reação redox composto por um filme fino de LixWO3 e uma cerâmica de vidro condutora de íons de lítio (LICGC). A tensão do portão de entrada aciona o transporte de íons de lítio no canal e no eletrólito. A diferença nas taxas de transporte de íons resulta em uma corrente de saída do portão e do dreno, que servem como estados do reservatório.
Un depósito de iones en la puerta basado en una reacción redox y compuesto por una fina película de LixWO3 y una cerámica de vidrio conductora de iones de litio (LICGC). El voltaje de puerta impulsa el transporte de iones de litio en el canal y el electrolito. La diferencia en las velocidades de transporte de iones da lugar a una corriente de salida desde la compuerta y el drenaje, que sirven como estados de reserva. | Imagen: Dr Tohru Higuchi, TUS

Además, las diferentes velocidades de transporte de iones en el canal y el electrolito dan lugar a un retardo entre dos corrientes, la de drenaje y la de compuerta. Este retardo permite al sistema almacenar brevemente información de entradas anteriores y utilizarla para operaciones futuras, un requisito esencial para las memorias físicas.

En las pruebas, este dispositivo superó a otras tecnologías similares, como los memristores, y demostró ser muy preciso a la hora de hacer predicciones basadas en datos de entrada y salida anteriores. Según el Dr. Tohru Higuchi, profesor asociado de la Universidad de Ciencias de Tokio (TUS), el sistema tiene potencial para convertirse en una «tecnología de uso general que se implantará en el futuro en una amplia gama de dispositivos electrónicos, incluidos ordenadores y teléfonos móviles».

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