Los grandes modelos lingüísticos podrían exponer a empresas y organismos públicos a una avalancha sin precedentes de recursos, demandas y despidos, y acabar con flujos de caja incontrolados o no deseados.
La plataforma DoNotPay se autodenomina «el primer abogado robot del mundo». Su objetivo es ayudar a los usuarios con recursos sencillos, como multas de aparcamiento, cancelación de suscripciones con renovación automática o incluso anulación de un matrimonio.
Una característica clave de la plataforma es la búsqueda de «dinero oculto». Se trata de pagos a los que puedes tener derecho, o que estás pagando innecesariamente, pero no están en tu radar, o no te importan porque son demasiado pequeños, o es demasiado engorroso reclamarlos manualmente.
Ahí es donde entra GPT-4 con Auto-GPT, que está diseñado para automatizar no sólo la búsqueda, sino todas las demás acciones para un informe, reclamación o incluso una queja.
GPT-4 como gestor de finanzas personales
Para este último escenario, Joshua Browder, CEO de DoNotPay, ha integrado ahora GPT-4 con Auto-GPT en un sistema de chat en desarrollo para su plataforma. El sistema estará disponible como un plugin de ChatGPT en el sitio web de DoNotPay y a través de iMessage.
Para su prueba, Browder dio a Auto-GPT acceso a toda su información financiera personal, desde cuentas bancarias hasta informes de crédito y correos electrónicos. La única tarea que encomendó al sistema fue «encontrar dinero para mí».
El resultado: GPT-4 ha ganado hasta ahora unos 218 dólares como gestor financiero. Alrededor de 81 dólares procedían de «suscripciones innecesarias» que GPT-4 se ofreció a cancelar.
En el caso de los gimnasios, GPT-4 puede incluso enviar cartas de cancelación firmadas digitalmente a través de una API del Servicio Postal de EE.UU. o chatear automáticamente en línea con representantes del servicio de atención al cliente y enviar una cancelación digital, incluso pulsando un botón.
Gestor financiero de IA con asistencia jurídica integrada
Pero Auto-GPT (casos de uso ) con GPT-4 no se detuvo en simples cancelaciones: según Browder, encontró una factura de unos 37 dólares por Wi-Fi a bordo en un vuelo de Londres a Nueva York.
El sistema preguntó a Browder si el Wi-Fi funcionaba correctamente. Cuando respondió que no, el sistema redactó automáticamente una carta a la aerolínea exigiendo el reembolso, citando la ley. Mediante un bot, Browder envió la carta a la aerolínea y recibió el dinero en 48 horas.
GPT-4 también tiene dotes negociadoras, dice Browder: negoció con éxito un reembolso de 100 dólares y un descuento del 20% en su factura de Comcast para los tres meses siguientes debido a los cortes de suministro. El sistema había rechazado una oferta inicial de un descuento de 50 dólares al mes. GPT-3 fue más complaciente, según Browder.
Si los sistemas automatizados de asesoramiento, rescisión y apelación se generalizan, las empresas y los organismos públicos podrían enfrentarse a una avalancha de apelaciones, demandas y negociaciones jurídicamente sólidas. Suena ominoso, pero hay una salida obvia a este dilema: sistemas de IA que sean aún mejores en la lucha.